Conocimiento y Aprendizaje Colectivo: Clave para el desarrollo territorial
Durante mucho tiempo nos hemos preguntado y se han debatido en múltiples foros las preguntas ¿Qué necesitamos para poder movilizar e incrementar el desarrollo en los territorios? ¿Cómo podemos aprender a hacer mejor las cosas y a hacer cosas nuevas? ¿Cuál es la “receta” que debemos de seguir para poder incrementar nuestra productividad y competitividad? ¿Qué es lo que están haciendo los demás que no estoy haciendo yo? ¿Por qué hay otros que se mueven mucho más rápido, mejor y con mayor dirección hacia el desarrollo? ¿Cómo competir en este mundo cada vez más globalizado con la calidad y productos que se demandan? ¿Cómo adaptarse a los constantes cambios económicos y tecnológicos?
Unas de las razones por las cuales en algunas regiones no se ha podido establecer un desarrollo territorial sustentable tienen que ver con diversos factores. Algunos de ellos, vistos desde una mirada de diseminación, adaptación e implementación del conocimiento, pueden ser:
- La resistencia al cambio. Donde la mayoría de los actores tienden a pensar que lo que hacen, y que vienen haciendo desde hace mucho tiempo, es lo que se debe de hacer y no existe una necesidad de cambiar.
- La conveniencia. El salir del área de confort o de lo conocido no resulta conveniente, es preferible seguir con la misma metodología, sistemas, productos y servicios que ya conocemos antes de arriesgarnos a probar algo nuevo, desconocido, sin tener la certeza de que dará el resultado esperado al 100%.
- Falta de trabajo multisectorial. Trabajo tradicional “por silos”, donde de manera aislada se trabaja sin coordinar con otras áreas o sectores de interés, disminuyendo la capacidad de respuesta, adaptación y generación de nuevas ideas, iniciativas y resultados.
- Falta de trabajo transversal coordinado. No se aprovechan sinergias con otros sectores o instituciones que trabajan en proyectos, programas o iniciativas similares para poder alcanzar niveles de calidad y cobertura muchos mayores, perdiendo oportunidades de aprender y de innovar.
Estos son tan solo algunos de los factores comunes que se observan y que están ligados profundamente a la “falta de información, conocimiento y aprendizaje” que limitan el que prácticas exitosas, lecciones aprendidas, casos de estudio, nuevas metodologías y herramientas, puedan incrementar el conocimiento productivo de las regiones y de los individuos.
El conocimiento productivo[1] se puede definir como “la cantidad de conocimiento que un individuo tiene” y que, sumada a la de otros, forma un conjunto de conocimiento colectivo que le proporciona a una institución, sector, localidad o región mayores posibilidades de diversificación, adaptación y cambio. Esto da la posibilidad de enfrentar los retos que el desarrollo sustentable presenta hoy en día, de una manera más efectiva y productiva, proporcionando respuestas, resultados, servicios o productos requeridos, en tiempo, forma y con la calidad esperada, para estar a la altura de los mercados e indicadores internacionales.
Esto quiere decir que, a mayor cantidad de personas con conocimiento productivo que participen dentro de los sectores de desarrollo territorial en nuestras regiones, mayores son las posibilidades de incrementar nuestra competitividad económica y productiva, mayores las posibilidades de adaptarnos a las necesidades del mercado y mayor la flexibilidad para poder considerar cambios inesperados o inclusiones en nuevos mercados.
Esto es muy fácil decirlo, pero ¿cómo hacerlo?
Es ahí donde la labor de la creación de capacidades a través de la diseminación de información mediante talleres, seminarios y cursos especializados de capacitación juega un papel determinante. Lamentablemente, en algunos países, se sigue considerando dentro de los sectores público y privado, que el tema de capacitación, estudio y diseminación de la información, más que un beneficio, es una carga. Más que una inversión, es un gasto.
Tim Campbell, profesor de la universidad de Stanford en California, en su libro “Ciudades Inteligentes”[2] hace una comparación entre algunas ciudades de todo el mundo y en sus hallazgos muestra que las ciudades que han alcanzado mejoras significativas en la calidad de vida de sus habitantes y que han tenido un desarrollo económico territorial sostenible; son aquellas que aprenden de las demás, que invierten en capacitación y diseminación de conocimiento, que comparten información y que han aprendido de experiencias de éxito y de fracaso de otras a nivel local e internacional. “….los paradigmas del desarrollo internacional han dado un giro focalizándose en soluciones con acercamiento multidisciplinario; específicamente, centrándose en construcción de capacidades, fortalecimiento institucional y buena gobernanza. Esto se encuentra soportado mediante relaciones e intercambios de conocimiento de ciudad a ciudad……..”[3].
De la misma manera, Ricardo Hausmann[4], Coordinador del Programa “Liderando el Crecimiento Económico” (LEG) de la Universidad de Harvard, menciona que los países y territorios que más se han desarrollado, no son aquellos que han invertido grandes cantidades de dinero, ni los que tienen la mayor cantidad de territorio, o los que tienen la mayor cantidad de habitantes; son aquellos que cuentan con mayor cantidad de conocimiento productivo, que aprenden de los demás, de ellos mismos, y que han aprendido a diversificarse para generar mejores productos y servicios.[5]
Otra realidad que refuerza las ideas/conclusiones anteriores, es el hecho de que los países de la región se han vuelto “económicamente” más fuertes. En algunos casos, los recursos financieros ya no son el problema principal; los países ya no ven a las instituciones multilaterales únicamente como fuentes de financiamiento sino como fuentes de conocimiento que, mediante cooperaciones técnicas, capacitaciones o asesorías, pueden contribuir a solucionar otro tipo de problemas existentes en la región.
Dado lo anterior, el Instituto Interamericano para el Desarrollo Económico y Social (INDES) del BID y el FOMIN, convencidos de que la diseminación y capacitación son motores del desarrollo territorial, especialmente en los gobiernos subnacionales, han establecido un convenio y estrategia de cooperación para la diseminación de conocimiento, aprendizaje y construcción de capacidades (conocimiento productivo) para la región de Latinoamérica y el Caribe (LAC).
El INDES, a través de sus programas de capacitación para Gobiernos Subnacionales “Gestión del Desarrollo Económico Territorial” (GIDET) y “Relaciones Intersectoriales Público-Privadas en Gobierno Subnacionales” (RIPPGS), en coordinación con la iniciativa del FOMIN-ConectaDEL, se han dado a la tarea, desde 2012, de capacitar a más de 100 expertos en materia de desarrollo territorial con el fin de crear una red de conocimiento común que permita generar una nueva visión de desarrollo compartida. El intercambio de conocimientos, metodologías y herramientas y la replicación posterior por parte de estos expertos, posibilita una mayor diseminación de información, conocimiento, lecciones aprendidas y casos de éxito a lo largo de toda LAC.
Estos cursos se centran en temas como la construcción de redes para el desarrollo, el fortalecimiento de la gobernanza, liderazgo y asociacionismo entre los sectores público, el privado y el sector de conocimiento, negociaciones y manejo de conflictos para el fortalecimiento de las relaciones entre los sectores, y el crecimiento competitivo y productivo del territorio. El Programa cuenta con la participación de expertos como Pablo Costamagna, Mario Rosales, Alex de la Reza, Julian Litchmann y muchos otros ponentes reconocidos internacionalmente.
Nuestra experiencia nos ha mostrado que la inversión en capacitación y el fortalecimiento de capacidades individuales y de equipos, no sólo genera un incremento en conocimiento productivo sino que también favorece la construcción de redes y la creación de espacios de debate donde se comparten experiencias e información. Estos resultados “intangibles” generan, de hecho, resultados palpables que redundan en una gestión más eficiente y sostenible del desarrollo. Esto se ha visto reflejado en los resultados que se han reportado por parte de contrapartes y ejecutores de proyectos multilaterales, donde la reducción de tiempos en los procesos de implementación, la comunicación y el hecho de “hablar sobre conceptos y conocimientos comunes” acelera y mejora la relación entre los sectores, los actores y tomadores de decisiones.
De la misma manera, este impacto también ha sido posible el documentarlo puesto que el INDES, se ha dado a la tarea de conocer la puesta en práctica del conocimiento -aprendido por los participantes- en los ámbitos profesionales, laborales y personales mediante la presentación de “Impulso Regional“. Esta es una recopilación y publicación de 17 historias de casos de impacto de los cursos impartidos por el INDES en programas, proyectos, iniciativas, áreas e instituciones de desarrollo en América Latina y el Caribe en la que se puede comprobar que: la inversión en conocimiento y aprendizaje marca la diferencia. Actualmente, se está llevando a cabo la recopilación de los casos de éxito de participantes de los programas GIDET y RIPPSGS de 2009 a 2012 y que será publicada próximamente.
Aún falta mucho camino por recorrer, mucho más conocimiento por compartir, documentar y diseminar. Sin embargo, ya hemos dado los primeros pasos. INDES y FOMIN sabedores de que éste es uno de los caminos que ayudará a las regiones a incrementar capacidades, recursos y conocimiento productivo que movilice el desarrollo territorial de manera sustentable, seguirán trabajando en forma conjunta y aunando esfuerzos para alcanzar este propósito.
Por: José Yitani Rios Especialista en Gobiernos Subnacionales – Construcción de Capacidades, Conocimiento y Aprendizaje. Instituto Interamericano para el Desarrollo Económico y Social (INDES)[1] Para que se pueda hacer un buen uso del conocimiento de manera productiva, las sociedades, gobiernos, etc., tienen que conformar y distribuir este conocimiento a través de equipos, organizaciones y mercados. Hausmann, Ricardo and Cesar Hidalgo. Harvard University/MIT, The Atlas Of Economic Complexity, 2011.
[2] Tim Campbell, Beyond Smart Cities: How Cities Network, Learn and Innovate, Ed. Routledge 2012.
[3] Idem pag 33.
[4] Ricardo Hausmann, Director del Centro Internacional para el Desarrollo (CID), Universidad de Harvard.
[5] Leadign Economic Growth Program. Harvard University, Febrero 2012.