Apuntes desde las experiencias en la formación de formadores
¿Qué es un formador / facilitador en procesos de desarrollo territorial? ¿Tienen los mismos roles? ¿Cómo formar un formador / facilitador? ¿Cuáles son las habilidades y conocimientos que debería tener?¿Qué rol juega en la construcción de capacidades en el territorio?Estas y otras preguntas nos fueron movilizando a reflexionar en el marco del Programa ConectaDEL, a partir de la realización, desde el año 2011, de diversas actividades de formación para facilitadores/formadores en América Latina; diseñando, aprendiendo de las experiencias y ajustando nuevos diseños.
Comprometidos en nuestra tarea de fortalecimiento de la gestión de conocimiento en la Región; nos propusimos aportar al debate sobre el Enfoque Pedagógico para la formación en Desarrollo Territorial[1]. Esta actividad es prioritaria en nuestro programa y esta basada en el trabajo conjunto con los equipos nacionales, en la colaboración de los cerca de 200 participantes que han tenido los cursos de formadores y también de una nutrida red de expertos de diversas latitudes y perfiles con quienes mantenemos debates para la construcción colectiva de saberes.
El recorrido ha sido muy diverso y enriquecedor, se han realizado cursos y talleres de formadores tanto para expertos de la Región como en Argentina, Centroamérica, Perú, Chile y Brasil que se encuentran actualmente en ejecución. [2]
¿Qué hemos aprendido en este camino?
Los aprendizajes han sido sumamente diversos y los hemos abordado desde diferentes perspectivas[3]. En esta ocasión nos dedicaremos a resaltar algunos avances en los debates que, en base a nuestras experiencias, se han tenido en relación al formador/a o facilitador/a:
Cómo utilizamos estos términos: en muchos casos, la categoría de formador y la de facilitador, se emplean como sinónimos y si bien, creemos que se diferencian, todavía no hemos construido una posición al respecto.
Había consenso en que el formador participaba como docente en el proceso de formación en el aula. Al inicio de nuestros encuentros, escuchábamos que ambas categorías (formador y facilitador) se vinculaban (o se hacían sinónimos) en lo que podríamos considerar como coordinación de instancias de taller. Pareciera equipararse al facilitador y formador en DEL a esta situación concreta de enseñanza – aprendizaje con el énfasis puesto mayormente en la didáctica.
En nuestro aprendizaje, el proceso de formación va más allá de los límites de las experiencias con intencionalidades educativas explícitas (tanto formales como no formales; aula o taller), pensamos que los procesos de desarrollo territorial en sí mismos presentan instancias que poseen un fuerte impacto formativo como por ejemplo: los modos de gestionar, la permanente negociación, los espacios de concertación de actores, el diálogo con sectores, reuniones informales y hasta la misma construcción de visiones compartidas pero, nadie denomina formador a quien piensa y trabaja en estos procesos.
Además existe una gestión del territorio que requiere un equipo de personas que faciliten procesos de cambio (dentro del cual hay infinidad de procesos formativos) y donde aparece la figura del facilitador.
Esto nos pone en la necesidad de seguir reflexionando sobre las funciones y en este sentido agregamos algunos elementos.
Rol del formador, ¿un ejercicio en solitario?
Pareciera que los roles de formación son mayoritariamente ejercidos individualmente, ligados principalmente a espacios de educación formal y a teorías y manejo de situaciones de taller y, particularmente, a ciertas destrezas en el empleo de las técnicas y didácticas. Esto está siendo superado en los últimos espacios de formación de ConectaDEL donde explícitamente se busca conectar la formación con el territorio. El formador debería salir del aislamiento para dialogar con los actores.
¿Cómo es un formador?
Respecto a cómo debería ser un formador, a lo largo de los cursos y debates desarrollados trabajamos con este marco: el formador debe poseer el saber (conocimiento disciplinar, pedagógico y político), el saber hacer (articular el conocimiento con las estrategias, a partir de un guión de trabajo flexible), el saber estar (competencia de adaptarse al contexto y a las demandas del contexto), el hacer saber (capacidad de innovar, investigar, facilitador como innovador de la propia practica pedagógica y del trabajo en terreno, involucrar a las personas en la concepción de los saberes), el saber desaprender (deshacerse de concepciones y modalidades de trabajo, resistencias al cambio, abrir la cabeza a nuevas formas), el saber ser (capacidad de dialogar, de escuchar, de hacer redes y generar comunidades de aprendizaje).
¿Qué hay de nuevo sobre el facilitador?
El enfoque del facilitador discutido en el Taller Regional de Investigación Acción (2013) consensuó que, más allá de los procesos educativos formales o no formales, el facilitador, por ejemplo, también es un investigador (desde el punto de vista de la investigación – acción) que puede, o al menos debería, conectar discursos y establecer los puentes entre la acción, la investigación y la participación. En este marco un facilitador podría pensar en la importancia de no dar sólo respuestas a los temas sino poder generar nuevas y mejores preguntas, trabajar en equipo, acompañar procesos de construcción política con actores, entre los primeros temas que fueron surgiendo.
Con el avance de las reflexiones y debates aparecen otros roles que caracterizábamos como el de “agente de desarrollo” que al parecer comprende a quienes gestionan y generan procesos de cambio en el territorio (que incluye procesos de formación). Se apunta a que hay gente que trabaja en movilizar los recursos del territorio. Aparece la idea de equipo, enfatizando que una sola persona no puede contener todas las competencias que se requieren. Parece ser gente con una responsabilidad más amplia que el formador.
Sistematizar para aprender y compartir
Surge como parte del proceso de formación la necesidad e importancia de sistematizar las experiencias si pensamos en realizar gestión del conocimiento. La sistematización como soporte material cuyo fin sea poder registrar y generar materiales que den cuenta de los procesos y aprendizajes de cada espacio de formación, facilitando la asimilación del conocimiento tácito que surge de la experiencia, incluye características del curso, participantes, facilitadores, así como las principales discusiones, aprendizajes y evaluaciones. Es una forma de ser consecuentes con el concepto de praxis que tanto defendemos en el enfoque pedagógico como estrategia del DT.
¿Hacia dónde vamos?
Estos debates nos han permitido ajustar el diseño de los cursos de formadores en particular, y los procesos de formación en desarrollo territorial en lo general, a partir de integrar miradas sobre formadores, agentes territoriales y facilitadores.
Continuamos con diversas actividades que nos permitirán seguir construyendo conocimiento y reflexionar más sobre la práctica de los facilitadores/formadores, para esto nos encontramos implementando un curso de formadores en Brasil, diplomados territoriales y para funcionarios nacionales en Guatemala y El Salvador, cursos en colaboración con la instituciones públicas y la segunda generación de la Maestría con Mención DEL en la PUCP de Perú, al tiempo que diseñamos un Diplomado para la formación de agentes con énfasis en la innovación territorial en Antofagasta (Chile), y una colaboración regional con PNUD/Art para un curso de agentes de Desarrollo Local en Uruguay.
A la par, mantenemos el compromiso por avanzar en interrogantes y debates, que nos ayuden a seguir construyendo colectivamente:
El principal interrogante en esta etapa está en esta vinculación entre los dos conceptos: formador/facilitador: ¿el formador contiene al facilitador? Es la figura del facilitador la que mejor contiene mejor aquello que queremos transmitir cuando pensamos en la formación en DEL? O llamamos formador a aquel que trabaja en espacios formales e informales de formación y el facilitador al que trabaja en espacios más amplios? Y en ese caso, ¿cuál es el rol de ese facilitador, qué características tiene que tener y que funciones debería cumplir?
Si estás interesand@ en esta temática, te invitamos a visitar la sección del sitio web dedicada al enfoque pedagógico y a escribirnos a info@conectadel.org para asegurarnos de incluirte en futuros debates.
Recursos relacionados:
Formación de formadores
PERÚ: http://www.conectadel.org/events/curso-de-formacion-de-formadores-en-del-lima/
BRASIL: http://www.conectadel.org/events/curso-formacion-de-formadores-en-del/
ARGENTINA: http://www.conectadel.org/events/laboratorio-de-didacticas-del/
CENTROAMÉRICA: http://www.conectadel.org/events/curso-formacion-de-formadores-en-del-el-salvador/
Sección Enfoque Pedagógico para el Desarrollo Territorial: http://www.conectadel.org/sin-categoria/enfoque-pedagogico/
Documento Formadores – Facilitadores de Procesos de Desarrollo Territorial: http://www.conectadel.org/biblioteca-2/?did=262
[1] Cuando hablamos del enfoque pedagógico nos referimos a la forma de entender y actuar en la construcción de procesos de aprendizaje para el cambio en el territorio, sobre la base de facilitar métodos coherentes con una construcción social y política que active la participación de los actores territoriales.
[2] Se pueden consultar más detalles de cada curso en el documento de discusión “Facilitadores de Procesos de Desarrollo Territorial. Sistematización de antecedentes” disponible en nuestra biblioteca: http://www.conectadel.org/biblioteca-2/?did=263
[3]Se pueden consultar documentos en profundidad en la sección del sitio web dedicada al enfoque pedagógico.