Ecos y reflexiones del Foro Latinoamericano de Desarrollo Territorial

Por: Sergio Pérez Rozzi*

«El desafío no solo es generar conocimiento, sino tecnología propia», señalaba en la apertura del Foro el vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas. Conciso; simple, pero a la vez, contundente. Su afirmación denota sabiduría soberana, invitándonos (¿urgiéndonos?) a pugnar por ella, pues en caso contrario, solo sería otra linda frase más, carente de contenido.

La organización, y ejecución del Foro en Quito, ha sido un hecho promisorio, que renueva el aire, oxigena espíritus, y nos permitecargar energías recicladas para la acción. Por primera vez quizás, en la historia de nuestros países, en ámbitos de este tipo y jerarquía, sentí que intentamos discutir de manera más genuina, y sobre nuestros temas. Pero esta vez, “pensando situados”, esta vez, con los pies en el territorio continental, esta vez, sobre el recorte territorial local específico, donde suceden las cosas, nuestras cosas, en la propia trinchera del desarrollo. Esta vez, “clavando los pies en el territorio”.

“Las asimetrías entre países ricos y pobres debe ser el marco de la nueva propuesta”, afirmó el secretario de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), Ernesto Samper, es menester entonces propender a cambiar la matriz de conocimientos, para luego cambiar la matriz productiva. Esto no podrá ser factible sino se facilita y profundiza de verdad, el dialogo y el intercambio entre actores y agentes locales, nacionales e internacionales sobre desarrollo económico local frente a los grandes desafíos que vive la región de América Latina y el Caribe a partir de las experiencias e innovaciones, para poder llevar la voz, visión y posicionamiento regional al Foro Mundial sobre Desarrollo Económico Local que tendrá lugar en Turín, Italia, del 13 al 16 de Octubre de 2015. Ir con “nuestra propia voz”, resultará un cambio paradigmático, definitivamente.

QuitoeditorialEl Foro en Quito fue algo así como una gran “cocina Latinoamericana”, donde varios ingredientes esperaban a ser trabajados por una suerte de “cocineros del desarrollo territorial” que aspiraban a discutir sobre las mejores alquimias para tales ingredientes. Entre ellos, estaban prestos: fomentar el diálogo regional sobre Desarrollo Económico Territorial gracias a la participación activa e intercambio de experiencias y visiones de una amplia diversidad de actores; generar una posición común a nivel de debate y de herramientas metodológicas para el foro mundial; socializar y posicionar buenas prácticas y propuestas de políticas públicas de DEL a nivel territorial; generar alianzas para una mayor incidencia en la agenda global latinoamericana; contar con un cuadro dinámico del aporte y vinculación de las universidades en la promoción del desarrollo económico local. Puedo expresar que resultó satisfactorio constatar; ver y oler que esos ingredientes, sabían a productos locales, y a mezclas propias, y no a rebuscados menús plagados de ingredientes exóticos, como hemos estado habituados, otrora.

Para profundizar estas ideas, me ayudaré (¿cuándo no?) de Paco Alburquerque, en su reflexión a partir de su participación en el citado Foro[1],donde expresó;

(…) los avances en las formas de enfrentar el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la gente, no siempre hay que buscarlos en los países más desarrollados. De hecho, como en esta ocasión, las orientaciones del actual gobierno ecuatoriano (y su nueva Constitución) han dejado de lado la expresión de “desarrollo” para referirse al objetivo principal de lo que prefieren denominar “Buen Vivir”, ya que el concepto de “desarrollo” es recurrentemente confundido por parte de políticos, economistas, principales medios de comunicación, e imaginario colectivo, con el logro de un mejor comportamiento de las variables macroeconómicas propias del crecimiento económico agregado, haciendo invisibles de este modo a los diferentes actores sociales y sus circunstancias de vida reales.

Con los objetivos del “Buen Vivir” no interesan tanto las variables macroeconómicas como la situación real de vida de la población. Por ello, el Plan Nacional para el Buen Vivir en dicho país, trata de incidir en el cambio de la matriz productiva y en asegurar una participación efectiva de la población en los mecanismos de gobernanza multinivel que ello requiere desde cada uno de sus respectivos territorios. Cierto que, como pude comprobar en las discusiones habidas en los diferentes talleres del Foro, el proceso no está exento de titubeos y conflictos entre los diferentes grupos de población (indígenas, gobiernos locales, provinciales y del nivel central, empresarios y sindicatos, etc.). Pero todo ello supone, sin duda, un cambio importante en lo relativo a la clarificación de los objetivos fundamentales del “Buen Vivir” o, entre nosotros, el objetivo final del “desarrollo” bien entendido. Dicho en otras palabras, el enfoque del Desarrollo Económico Territorial pasa a situarse como una parte fundamental de las políticas del “Buen Vivir”.

Me sirve esta reflexión para manifestar mi opinión acerca de si, entre nosotros, el enfoque del Desarrollo Económico Territorial debe limitarse a un mero ejercicio local (o comarcal) para impulsar la mejora de la organización territorial de la producción y la generación de empleo dentro de los límites del actual modelo productivo y de consumo (por lo demás, absolutamente insostenible desde el punto de vista medioambiental), o si más bien debiera contemplarse como una forma política diferente de buscar formas mucho más participativas de la población, desde sus diferentes ámbitos territoriales (esto es, “desde abajo”), para intentar orientar el tipo de desarrollo económico, social, institucional y ambiental, es decir, si me permiten la expresión ecuatoriana, el “Buen Vivir” entre nosotros, más allá de las equívocas o ambiguas cifras del crecimiento económico cuantitativo.

Esa dimensión política a la que alude Alburquerque, es en mi opinión, no solo relevante, sino determinante, y tiene su expresión en definiciones desde los niveles centrales de los gobiernos, pero con oído atento a los endógeno, y en los diálogos que allí suceden, pero ya no solo limitados a meros códigos comunicacionales orales, sino como verdaderos compromisos para la acción, situados en clave territorial.

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Sergio2Sergio Pérez Rozzi Sergio Pérez Rozzi es especialista en Desarrollo Territorial, trabajando en el tema desde hace más de 18 años. Actualmente es el Coordinador del Observatorio del Programa ConectaDEL. A la vez, es docente e investigador de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) en Argentina, así como docente; consultor y colaborador en otras universidades de América Latina y España, de organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); la Unión Iberoamericana de Municipalistas (UIM); el ILPES / CEPAL, entre otros.
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Bibliografía:

[1] «El Desarrollo Económico Territorial, la participación ciudadana y el “Buen Vivir» colaboración editorial de Francisco Alburquerque en el Blog de Orkestra – Instituto Vasco de Competitividad, disponible en: http://blog.orkestra.deusto.es/?p=827

 

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