Competencias transversales para el Desarrollo Territorial
Por: Leticia Silva*
En el proceso de cierre del Programa de Formación en Desarrollo Territorial en Uruguay, surgieron algunas cuestiones que merecen la pena a analizar respecto a su diseño e implementación. Particularmente se problematizan los asuntos propios de las competencias necesarias para gestionar y promover procesos de desarrollo territorial, pasando revista a los contenidos y el enfoque que caracterizó a este programa.
Una de las características del enfoque del desarrollo territorial, dada su multidimensionalidad,es su multidisciplinariedad (análisis de un problema desde distintas miradas disciplinares). Es así que, a la hora de trabajar en torno a proceso de desarrollo territorial, emergen los cruces disciplinares y de lógicas de acción (política, técnica, administrativa, etc.). Esta situación, obliga a que se establezca la necesidad de incorporar desde todas las disciplinas, competencias transversales más allá de las específicas propias de cada disciplina o área.
Sin embargo el desarrollo territorial no es sólo cuestión de disciplinas de saberes técnicos, sino también es una cuestión política y social. Es así que en un territorio, y particularmente en los procesos de desarrollo territorial, se interconectan diversas lógicas de acción (Arocena, 2001): lógica política, militante, empresarial, racional, técnica, burocrática, altruista; dentro del estado la lógica sectorial y vertical.
Por tanto para gestionar procesos de desarrollo territorial es necesario contribuir a fortalecer las capacidades locales en varios sentidos. Ahorá ¿cómo se da este proceso de fortalecimiento? ¿cómo se trabaja esta transversalidad y la multidisciplinariedad? ¿cómo se aborda la articulación de lógicas?
Desde ConectaDEL se han realizado diversos esfuerzos para trabajar entorno a lo que implica la gestión de los procesos de conocimiento del Desarrollo Territorial. Se entiende que, al analizar la realidad, se presenta como un desafío poco explorado, la manera de hacer las cosas, es decir el cómo y la necesidad de determinadas capacidades para llevar a cabo procesos de Desarrollo Territorial (DT).
ConectaDEL propone el trabajo en la generación de capacidades a nivel territorial, desde un enfoque que contempla la realidad local, los protagonistas del desarrollo e intenta poner en práctica una cogeneración de conocimientos.
El DT es un enfoque para la acción, y por tanto, son determinantes los procesos de gestión del territorio. Desde este enfoque del desarrollo aparecen elementos nuevos críticos a considerar: la forma de relacionarnos dentro de los territorios, de plantear diálogos, de generar espacios de participación, de cogenerar conocimientos, de desarrollar capacidades con los actores.
La generación de esos espacios de pensamiento colectivo necesitan de un enfoque pedagógico como parte de la estrategia del desarrollo territorial que brinde marcos de acción. Estos espacios de formación, obligan a poner a dialogar la realidad con la teoría.
Para poner este diálogo sobre la mesa se requiere reconocer que cada una de las personas posee un conocimiento tácito de la realidad local. El enfoque pedagógico debe hacer emerger dicho conocimiento para ponerlo de manifiesto en el proceso formativo y en el diálogo de la realidad con la teoría. Este proceso de formación debe implicar una transformación a distintos niveles: de prácticas, de saberes y de mecanismos de comunicación y de formas de hacer. Se propone que la formación trascienda el aula, como ámbito aséptico, e involucre el territorio el cual está lleno de complejidades y tensiones.
Se entiende entonces que los procesos de formación no son sólo aquellos que transcurren en ámbitos educativos, en espacios cerrados; sino que se consideran formativas aquellas acciones que se dan en el proceso de las experiencias de un territorio. Por esta razón este enfoque procura conjugar constantemente la teoría con la práctica concreta de los participantes, contribuyendo a recuperarla y ponerla en valor.
Esta complejidad entonces, a la hora de pensar una experiencia de formación, se debe abordar de forma compleja también. Es así que aquí y a la luz de la reciente experiencia de ConectaDEL en Uruguay, se planteó la necesidad de encarar tres procesos de fortalecimiento a la vez, estos son:
- Incorporación de competencias transversales
- Incorporación de metodologías de trabajo
- Incorporación de marco normativo
Las competencias transversales son aquellas relacionadas con el desarrollo personal, que no dependen de un ámbito temático o disciplinario específico. Perrenoud (1997) afirmó que «una competencia es una capacidad de acción eficaz, ante una familia de situaciones que para disponer de esta, se necesita a la vez de conocimientos necesarios y de la capacidad de movilizarlos con buen juicio, a su debido tiempo, para definir y solucionar verdaderos problemas». Estas competencias transversales son las relacionadas con las habilidades de tipo actitudinales, interpersonales, comunicacionales, entre otras que abonen a la articulación y el buen entendimiento dentro de los grupos humanos.
Contar con competencias actitudinales adecuadas es fundamental para una inserción satisfactoria en los procesos de diálogo. Poder trabajar con proactividad, asumiendo los desafíos que se presenten, ser capaz de comprender una demanda y poder satisfacerla a partir de una motivación intrínseca y contar con iniciativa y liderazgo. Las competencias interpersonales implican la capacidad de trabajo en grupos y el relacionamiento adecuado, que permita abordar conjunto productos, abriendo un espacio al aprendizaje y co-creación.
Son clave las competencias comunicacionales, la capacidad de exponer las ideas de forma clara, consisa y asequible para ser comprendida por cualquier público. Es importante contar con cierta capacidad de análisis del entorno que permita detectar a los actores que potencialmente puedan incidir en el diseño, planificación, monitoreo y evaluación del proceso que se vaya a implementar.
Otro aspecto relevante, es ser capaz de identificar los puntos de tensión o nudos contando con herramientas y estrategias para minimizarlos o eliminarlos. Es importante para poder manejar situaciones complejas donde intervienen instituciones, corporaciones, lógicas de actor, conflicto e intereses. Partiendo de nociones de teoría del funcionamiento organizacional, gestión de gobierno y contando con herramientas que permitan manejar una relación fluida con diferentes interlocutores es que se logra tener la visión de dónde esta uno, qué lugar ocupa y quién es cuando interactúa con otro.
Quien posee estas competencias transversales, puede resolver los problemas y actuar con pericia en su campo de acción específico. La lógica de las competencias es la de un saber actuar y saber hacer; consistiendo en la selección, movilización y combinación de recursos personales, conocimientos, habilidades, cualidades y redes de recursos para llevar a cabo una actividad determinada. La adquisición de las competencias se da como un proceso a lo largo de la vida y no solamente por medio de la enseñanza formal.
Aparte de estas competencias también resulta necesiario incorpar metodologías de trabajo, estas son las habilidades de planificación, gestión, formulación de proyectos, entre otras. Estas permiten organizar la labor y generar un escenario de trabajo donde se ordenen las intervenciones de cada uno. Facilita y agiliza el trabajo en equipo definiendo roles, funciones, plazos.
Finalmente, resultan impresindibles saberes de tipo normativo, estos pueden estar frenando, impulsando o condicionando procesos de desarrollo territorial. A modo de ejemplo y para el caso de Uruguay, se puede citar la ley de Participación y Descentralizacón y la Ley de Ordenamiento Territorial.
Es así que la batería de contenidos para el Programa de Formación en Desarrollo Territorial, apuntó a dar ciertos insumos para promover un perfil que combina roles de técnico, de mediador, de promotor y de gerente. Todo esto en un contexto país signado por un momento de cambios que se reflejan en nuevas normativas y leyes que van reconfigurando en escenario de trabajo y por ende las necesidades de formación.
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Leticia Silva Córdoba. Licenciada en Sociología. Consultora e investigadora en desarrollo local, la descentralización y la participación ciudadana. Docente de la Universidad Católica del Uruguay. Referente regional de la DINAPYME del Ministerio de Industrias de Uruguay. Coordinadora del Programa de Formación en Desarrollo Territorial en el marco de colaboración de los programas ConectaDEL (BID FOMIN) y ART (PNUD).
Bibliografía:
- AROCENA, José: “El desarrollo local: un desafío contemporáneo”. Taurus/ Universidad Católica del Uruguay. Montevideo, 2001
- Costamagna, Pablo y Pérez, Roxana. “Enfoque! Pedagógico del Desarrollo Territorial y Su relación!con los espacios formales y no formales de formación”. Programa ConectaDEL. Octubre 2013.http://www.conectadel.org/bibliotecaE2/?did=264
- Costamagna, Pablo y Spinelli, Eleonora: “Formadores – Facilitadores de procesos de Desarrollo Territorial”. Diciembre 2013. http://www.conectadel.org/bibliotecaE2/?did=262
- Perrenoud, Ph. (1998). Construire de compétences dés l`école. Paris: editor ESF